miércoles, 19 de diciembre de 2007

La teoría arqueológica afecta a la prehistoria ! ! !

Hablar acerca de los Diguitas o de cualquier otro pueblo prehispánico, o tan solo conocer algo acerca de nuestra prehistoria, implica la participación de la arqueología, pero esta relación no se da de manera directa, pues como mediadora entre las dos, actúa la Teoría, la cual proporciona los elementos para poder construir la prehistoria. Además, es por medio de los restos materiales y sus asociaciones espaciales que se puede conocer algo más acerca del pasado.

Por medio de la construcción del pasado se puede conocer la prehistoria, y esta tarea es realizada por los arqueólogos. Esta reconstrucción se hace en base a los materiales remanentes, y es por medio de estos que podemos conocer la prehistoria... pero, ¿realmente estamos alcanzando el pasado tal como era?... esta es una pregunta que creo siempre ha estado en la arqueología, pues hay quienes creen que la realidad es objetiva, separada de nosotros, que se puede conocer independientemente de cómo veamos el mundo. Por lo cual, la labor del arqueólogo es poder alcanzar dicha realidad, pero hay otros que señalan que la realidad no es objetiva sino que se construye, la realidad existiría fuera de nosotros, dependería del momento histórico y de la cultura. Esta segunda tendencia, de manera extrema, llevaría al caos en nuestra disciplina!... pues si toda realidad es construida, ¿hasta que punto lo que digamos del pasado es realmente parte del pasado y no una reproducción del presente o una representación del mundo en el cual está inserto el arqueólogo?.... si realmente consideramos que es imposible poder conocer la realidad porque ésta no es independiente del sujeto... ¡la arqueología no debiera existir!... ¿qué hacemos estudiando arqueología?... en el momento que se hace arqueología se asume que podemos tratar de alcanzar la mayor objetividad posible, porque si no, estaríamos construyendo subjetividades donde cada interpretación que se haga de la prehistoria sería igualmente válida, desde las que puede realizar J. J. Benítez hasta lo que pueda decir un arqueólogo como Binford; y si esto fuese así, mejor no hagamos arqueología y hagamos otra cosa. Si bien, ya queda claro que el extremado constructivismo no es constructivo para la arqueología, con eso no se está afirmando que el materialismo corresponda a una opción válida, pues sería iluso pensar que factores del mundo actual no influyen en tratar de alcanzar el pasado, pues somos ¡agentes sociales! que estamos insertos en una sociedad particular que entrega cierta manera de ver el mundo. Con esto, se quiere decir, que por más que intentemos despojarnos de nuestro contexto actual al momento de interpretar la prehistoria, estaremos utilizando aquellas concepciones de mundo que nos entrega nuestra realidad, pues corresponden a cómo aprendimos a desenvolvernos en él, y por ende, no conocemos otra forma de hacerlo, entonces ¡no podemos abstraernos de nuestras maneras de aprehender la realidad al momento de interpretar cualquier material cultural!.

Por otra parte es necesario reconocer....y pero no por ello aceptar... que la práctica arqueológica se ha constituido en muchos países como un arma política, e incluso de dominación económica, ya que en nuestra sociedad modera muchas veces se considera el conocimiento como un medio para generar poder y dominación sobre otros; incluso el conocimiento generado por la práctica arqueológica nos otorga la facultad de cambiar el curso de la historia de ciertas sociedades. De acuerdo a esto, constantemente debemos reflexionar acerca de la función social que poseen los arqueólogos al momento de construir el conocimiento prehistórico, donde la teoría que utilicemos incide de cierta manera en cómo apliquemos socialmente el nuevo conocimiento, o sea, el contexto de aplicación propio de una ciencia. Por todo lo anterior, es que debemos entender que, querámoslo o no, siempre va a existir algo de subjetividad dentro de nuestras interpretaciones, entendiendo dicha subjetividad como inherente al investigador, ya que éste se encuentra inserto en una realidad y contexto social diferente a la del objeto, y es por esta razón, que como arqueólogos tenemos el deber de alcanzar la mayor objetividad posible al momento de construir la prehistoria.

Dentro de estas reconstrucciones prehistóricas, la teoría arqueológica va a estar determinando las preguntas que nos vamos a formular acerca del pasado, y las interpretaciones que constantemente se están haciendo en la práctica arqueológica. Y, al mismo tiempo estas teorías y preguntas son esenciales para determinar qué y cómo se va a observar el material cultural. Así, durante toda la historia de la Arqueología, han existido distintas posturas teóricas que determinan cómo observar y entender el registro, construyendo la prehistoria de diferentes maneras. Por ejemplo, en un primer momento, los evolucionistas veían la prehistoria como una evolución social, desde un estadio de barbarie hasta la civilización, donde la tecnología y los conocimientos poseídos determinaban a qué estadio se pertenecía. De esta manera, la construcción de la prehistoria era una gran división de estadios clasificatorios de evolución, de lo menos evolucionado a lo más evolucionado. Luego, con la Historia Cultural, la prehistoria se construía en base a tipologías y seriaciones, donde se hacían largas secuencias culturales, la intención era tratar de construir un panorama general de toda la prehistoria. Por último, con la nueva arqueología hubo un cambio en la manera de construir la prehistoria, ya que se tomaban en cuenta otros aspectos de la sociedad y otros materiales, ampliando los aspectos sociales del pasado. Así, se puede decir, que la teoría y la práctica arqueología van a depender del contexto científico y social en el cual nos encontremos; y dado que la teoría arqueológica es la mediadora entre la arqueología y la prehistoria por medio de las preguntas (las cuales también cambian a través del tiempo), nos atrevemos a decir, que también cambia la forma de producción de la prehistoria.
La característica que tome la arqueología va a depender del contexto de descubrimiento en el cual se generaron las ideas. Después de la caída del positivismo, se evidencia que tanto, tú contexto social, tú historia y hasta tú religión y/o adscripción política, influyen en la realidad y en la manera de construir el pasado. De esta forma, como fue mencionado unas líneas antes, la prehistoria se ve marcada por fuertes influencias políticas o contextos sociales que construyen el pasado de determinada manera.

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